(Implicancias de la aplicación de NIIF S1 Y S2)
El anuncio del regulador nacional de la entrada en vigor de las NIIF S1 y S2 en las obligaciones de divulgación en 2026, marca mucho más que un nuevo requerimiento de reporte. Es una invitación –o una exigencia, según cómo se mire– a transformar la manera en que las empresas comprenden y gestionan sus riesgos, especialmente los relacionados con la sostenibilidad y el cambio climático.
Este año, previo a su obligatoriedad para las empresas reguladas por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), es una oportunidad única para revisar capacidades, gobernanza, gestión de datos, análisis de escenarios y, sobre todo, cómo integramos la sostenibilidad en la estrategia empresarial.
Esto marca un punto de inflexión crucial. La implementación de esta norma implica transformaciones profundas en la gobernanza, el análisis de riesgos y la identificación de la materialidad financiera, procesos que intrínsecamente demandan tiempo y un esfuerzo considerable, pero también requiere ampliar la mirada sobre los efectos que tienen el clima, los aspectos sociales y de gobernanza en los resultados y en la creación de valor para los inversionistas.
En el ámbito de la gobernanza, si bien la NCG 461, modificada el año pasado por la NCG 519, ya exige que las empresas informen sobre su estructura y funcionamiento en materia de gobierno corporativo, la NIIF S1, por su parte, profundiza y agrega nuevos requerimientos. No se trata solo de tener un comité ni de delegarlo en un área desconectada del negocio, sino comprender que las materias en el ámbito ASG tienen un impacto real o potencial en el desempeño financiero y es responsabilidad del Directorio asegurar las capacidades para entender y supervisar estos temas.
Desde la perspectiva de la NCG 461, es necesaria la planificación de capacitación y mejora continua para el desempeño del Directorio. La NIIF S1 pone el foco en quién toma las decisiones y cómo se integran realmente los temas de sostenibilidad en el gobierno corporativo. No basta con un nombramiento formal: se requiere preparación, formación y seguimiento.
Todo este proceso puede implicar un ajuste cultural y operativo para algunas empresas, lo que subraya la necesidad de un periodo de preparación adecuado. Los cambios requeridos en la gobernanza, desde la composición del Directorio hasta la integración de la sostenibilidad en la toma de decisiones, son fundamentales y no se logran de la noche a la mañana.
La NIIF S1 pone énfasis en que las empresas definan qué temas sostenibles tienen un impacto financiero, cuestión que no es solo una exigencia normativa: es clave para anticiparse a riesgos y oportunidades reales. Efectuar una materialidad financiera representa un esfuerzo importante que justifica plenamente la preparación temprana. La propia guía de aplicación de la NIIF S2 reconoce que se trata de un proceso evolutivo, que puede requerir varios ciclos de planificación para su desarrollo y perfeccionamiento.
Este 2025 es una ventana de oportunidad para la preparación anticipada de la NIIF S1, S2 y las modificaciones introducidas por la NCG 519 en la divulgación de las empresas chilenas reguladas. Más que un mero ejercicio de cumplimiento; es una inversión estratégica.
Daniela Grass
Abogado
Directora Área Compliance ASG
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